DESPUÉS DE HABER OÍDO TÚ PALABRA

Después de haber oído tu palabra,
el pueblo tu hambre y tu sed.
Lo mismo que el Maestro en el desierto,
igual que los esclavos del poder.
Al ver sobre la hierba pan y peces,
quisieron al Maestro hacerlo Rey,
pero Él no compra súbditos por panes,
les dio sus libertades y se fue.

Oirás alguna vez,
discursos perfumados;
Te pedirán un “si”,
a cambio de un pescado.
No des tu libertad
a charlatanes vanos.
¡No aceptes el poder
que intenta hacerte esclavo!

Después de dos mil años de palabras
el pueblo tiene hambre y tiene sed,
y sigue peregrino en el desierto,
pendiente de promesas que no ve.
Y vienen reyezuelos y doctores,
ofrecen por un voto el pan y el pez.
Y el pueblo se somete a la cadena,
porque falta un Jesús de Nazaret.