ELÍAS EN EL DESIERTO

Ya todo parecía sin sentido,
corría sin saber a donde ir
ya nada parecía consolarme,
pensaba tantas veces en partir.

Me arrodillaba ante tu altar y te decía:
Señor dime qué quieres de mí
he pecado y no sé si me perdonas 
no soporto seguir viviendo así.

Y entonces como Elías en el desierto
yo me quede dormido bajo tu altar
y un ángel que Tú enviaste desde el cielo
me dio de beber me dio nuevas fuerzas.
Y entonces como Elías en el desierto 
cansado y dormido bajo tu altar
ese ángel me tocó y me dijo come
come y bebe que falta mucho por caminar.

Y ahora  Señor he comprendido
que sin Ti no puedo vivir
no en vano tus caminos son perfectos
solo contigo puedo yo seguir.

Y hoy arrodillado ante tu altar
tengo fuerzas nuevas fuerzas de seguir
te doy gracias por todo lo que hiciste
sanaste mis heridas con amor.