Oiga ¿a dónde tan
apurado ese gentío va,
por las calles corriendo hacia
las afueras de la cuidad?
Niños, jóvenes, viejos,
toda la multitud.
Caminando de prisa,
con alegre inquietud.
Tanta alegría, tanto entusiasmo
se escucha por doquier,
que los días gloriosos
del Rey David parecen volver.
Pero miren quien es
Si es el Carpintero de Nazaret
Que en burro montado está
entrando en Jerusalén.
¡Hosanna!, ¡Hosanna!, ¡Hosanna!
Al hijo de David que llegó!
Bendito es el que viene a nosotros
En nombre del Señor! (2)
Oiga ¿Por qué esos ramos
la gente comienza a arrancar
que agitan en el aire
junto al camino de la ciudad?
Es un día de fiesta, un día sin igual,
que hasta las mismas piedras,
hoy parecen cantar.
¿Qué general triunfante
está entrando en Jerusalén,
que los días gloriosos
del Rey David parecen volver?
Oiga ¿Por qué esos hombres
los mantos se quitan al andar
y los van colocando
sobre el camino de la ciudad?
Y ¿quién es ese hombre
que sonriendo va
a los niños que aclaman
gritando sin cesar?
Lo alaba el pueblo entero
venido de todo Israel
que los días gloriosos
del Rey David parecen volver.